Marta (Parte I)






Es curioso imaginarse que en este mundo existen un sin fin de innumerables hechos sin explicar, fenómenos extraños, entes y seres no catalogados en nuestros conocimientos como especie humana, lo cual nos lleva a dudar aveces de ciertas cosas que ocurren en nuestro entorno, muchas veces tratando de encontrar una explicación científica o "racional" a lo que ocurre.



Esta es la historia de Marta, aquella mujer luchadora, trabajadora y abnegada, siempre pendiente de tareas hogareñas, acababa de mudarse con su familia a esa gran casa en aquel pueblecito viejo fundado por colonos extranjeros en aquel lugar en ese país cuyo nombre no recuerdo. Con su adorada familia, un niño de 5 y otro de 7 años, y su esposo, la familia pasaba por una bonanza económica, las risas y juegos de los niños llenaban de vida aquel hogar. El padre tenía que ausentarse de casa cada semana cada dos, debido a que trabajaba en una ciudad cercana, en una oficina, era un hombre muy ocupado durante su semana laboral.



Pasado ya unos meses luego de la mudanza, todo estaba en orden, los niños jugaban en el patio trasero una tarde de verano aquel domingo, mientras la madre descansaba en el sillón escuchando la radio que transmitía la novela de todas las tardes, cuando en un abrir y cerrar de ojos los niños aparecieron delante de la madre diciendo: "Hemos encontrado algo mami, que es lo que está en el patio trasero?". Al aproximarse, Marta notó algo extraño, entre el grass y algunos artefactos en desuso, se hallaba una piedra, que luego de ser limpiada de vegetación, resultó ser una lápida con el nombre y fecha borrado, pero el epitafio decía lo siguiente: 


"El dolor de una madre, es incomparable, ojala en la otra vida se calme este sufrimiento que parece eterno"
Sin duda para Marta, resultó ser algo interesante mas no aterrador, no le importaba que tal vez una persona esté enterrada en su patio trasero, no le dijo nada a los niños, pues no quería que conoscan este hecho, solo alcanzó a decirles que no jueguen por aquella zona y que vayan a jugar adentro. Cayó la noche cuando la sala en la cual Marta dormía se iluminó con los faros del coche de su esposo, quien regresaba luego de una semana laboral, culminada la cena con su esposa, mientras los niños dormían, este se enteró del descubrimeinto que los pequeños habían realizado esa tarde, cargó la lámpara y con Marta salieron a ver la lápida que reposaba en el patio trasero. "Mañana iré a averiguar y le preguntaré a los vecinos quién es la persona sepultada en el patio" dijo su esposo.

A la mañana siguiente a la biblioteca del pueblo y a las casas aledañas se dirigió el esposo de Marta para indagar sobre quién era la persona enterrada en su patio, no pudo encontrar nada más que un viejo libro que tenía pequeños informes de la época de la colonia, en el cual solo llegó a enterarse que la vivienda había pertenecido al dueño de la estación de las diligencias, que vivía con su esposa y sus dos hijos. Volviendo a leer el epitafio el señor supuso que la persona enterrada en aquel lugar era la madre. Pero, "¿Por qué en aquel lugar siendo una persona con dinero?, ¿Por qué no la enterraron en el cementerio?".


Pasaron los días con esas interrogantes, había culminado otra estadía del padre en casa por dos semanas, era un domingo, la familia realizaba sus actividades normales, mientras el hijo más pequeño jugaba esperando a su hermano que fue a visitar a un amigo en el pueblo, la madre cocinaba y el padre arreglaba algnas habitaciones en la casa, Marta notó que el niño hablaba solo, jugaba como si estuviera con su hermano, cuando preguntó a su niño: ¿Con quién juegas amor?, "Con mi nuevo amigo" replico la criatura, Marta supuso que era un amigo imaginario propio de la edad, asi que no le tomo importancia.


Al caer la noche, a la hora de acostarse, toda la familia estaba en casa, pasaba la madre por el cuarto de los niños para leerles un cuento y darles el beso de las buenas noches, cuando el menor de todos recalcó: "Mami otra vez nos vas a dar el beso de las buenas noches". Marta se quedo pensando un rato y obviamente no había realizado tal acción, asi que tiernamente contesto: "Recién lo voy a hacer tesoro, primero como siempre les leeré un cuento". Pero inmediatamente el niño contestó: "Pero si tu has venido y nos has dado el beso de las buenas noches". Marta respondió que era su imaginación y seguidamente procedió a leer el cuento y a darle el beso y las buenas noches a sus hijos.


Luego de despedir a su esposo en la mañana de ese lunes, y de también a despedir a sus niños que de paso serían dejados en casa de la abuela de visita, Marta se quedó sola ese día, con cierta nostalgia propia de toda madre, arreglando el sótano para luego colocar sus artículos de jardinería, ese viejo sótano lleno de objetos que habían sido dejados por los anteriores dueños. Luego de dos horas de intensa limpieza, parecía todo estar en su lugar y ordenado, tenía la habitación un nuevo rostro y ambiente, pero, faltaba limpiar por detrás de la escalera que conectaba el sótano con la planta baja. Es ahí donde encuentra un pedazo de papel, que tenía partes ilegibles y borradas por la edad que tenía este, pero se alcanzó a leer:



"La ausencia de mis dos luces acongoja mi alma partida por la trajedia, es inhumano lo que le sucedió a..."
"... cruel desición ha sido tomada, me desgarra el corazón saber la noticia..."
" ... es un desgraciado por haberles hecho eso, había esperanzas, me ha quitado..."
"...lo hice por amor... ahora no se que más hacer para aliviar este dolor... lo he perdido todo..." 



2 comentarios:

  1. Me ha gustado, pero como me dejas sin saber nada más?. Esas notas en el papel.
    Un Saludo

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    1. muchísimas gracias por tu comentario, saludos, muy pronto se resuelve la interrogante del papel.

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