Diez días que nunca existieron


Si alguien busca información de acontecimientos históricos acontecidos en octubre de 1582, puede sorprenderse al encontrar que los días comprendidos entre el 5 y el 14, ambos inclusives, no existen; al jueves 4 de octubre le sucedió el viernes 15 de octubre, perdiéndose 10 días entre medias.

El porqué de este hecho tiene su explicación en la instauración de un calendario nuevo, vigente hasta nuestros días y denominado gregoriano (en honor a su promotor, el papa Gregorio XIII), que sustituyó al anterior e imperfecto calendario juliano instaurado en el 45 a. C. (denominado así por Julio Cesar, que gobernaba Roma por entonces).

Aparentemente, ambos calendarios son idénticos puesto que utilizan como medida base el año trópico; un año trópico es el tiempo que transcurre entre dos pasos consecutivos de la Tierra por el mismo equinoccio o el mismo solsticio. Consta de aproximadamente 365,24219 días (esto es, 365 días, 5 horas, 48 minutos y unos 45 segundos).

El problema del calendario juliano es que esta cifra fue redondeada a 365,25 días; se optó por hacer que un año de cada cuatro tuviese 366 días (año bisiesto), pero se producía una ligera pérdida de unos segundos cada año, de manera que poco a poco el año juliano empezó a desfasarse con el año trópico.

En el año 325, en el concilio de Nicea, se había determinado que se conmemorase la Pascua el domingo siguiente al plenilunio posterior al equinoccio de primavera. Aquel año 325 el equinoccio había sido el día 21 de marzo, pero por culpa de la inexactitud del calendario juliano, para 1582 el desfase era ya de 10 días, y el equinoccio se había producido en 11 de marzo.

El papa Gregorio XIII designó una comisión de sabios dirigidos por los jesuitas Cristobal Clavio y Luis Lilio, célebre este último como astrónomo y matemático; el nuevo calendario estableció con mayor precisión la duración del año trópico y se idearon una serie de sistemas para evitar nuevos desfases; se siguieron considerando años de 366 días cada 4 años, pero sin contar como bisiestos los años seculares (aquellos que terminan en doble 0) excepto cuando las dos primeras cifras son múltiplos de 4.

De esta manera, se redujo el error del calendario juliano (1 días cada 128 años) a tan solo 1 día cada 3226 años. Y con los 10 días de desfase, se optó simplemente por borrarlos del mapa buscando la mejor fecha posible, así que aquel año de 1582, octubre perdió 10 días.
 

 

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