Cabe destacar que no todas las personas pueden sentir ese típico hormigueo, es algo muy poco frecuente y debido a eso es tan poco estudiado ya que personas que puedan percibirlo son difíciles de encontrar.
Rhodri Marsden, que ha descubierto el fenómeno hace poco, afirma sin tapujos que “es mucho más fácil dar explicaciones si alguien te sorprende viendo vídeos porno que si te pillan viendo vídeos ASMR”.
Emma, que firma como Lush Whispers, apunta una explicación: “puede ser que nos conecte con recuerdos de la infancia, cuando mamá preparaba un postre, o nos llevaba al oftalmólogo, o cuando el maestro de la escuela infantil nos explicaba cómo atarnos los zapatos. Se trata, en el fondo, de recuperar esa paz perdida.”
Resulta muy bizarra la idea de millones de personas viendo material profundamente soporífero, donde apenas sucede nada en particular, o donde la gente susurra cosas irrelevantes durante horas. Acá un ejemplo de un video ASMR:
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